Maldigo a quienes confunden

Maldigo a quienes confunden su derecho con la exclusión de los demás

Maldigo a quienes confunden violencia con rebeldía

Maldigo a quienes confunden género con sexo

Maldigo a quienes confunden paz con sumisión, con silencio, con …

Maldigo a quienes confunden independentismo con libertad

Maldigo a quienes confunden eugenesia con genocidio

Maldigo a quienes confunden el mal con la maldad

Maldigo a quienes confunden libertad con desenfreno, con haraganería, con venganza

Maldigo a quienes confunden opinión con noticia

Maldigo a quienes confunden virilidad con valentía

Maldigo a quienes confunden valentía con razón

Maldigo a quienes confunden Estado con Gobierno

Maldigo a quienes confunden democracia con mayoría

Maldigo a quienes confunden amor con pasión, con posesión, con dominación.

Maldigo a quienes confunden patriotismo con patrimonialismo

Maldigo a quienes confunden feminismo con hombrismo, feminidad con esclavitud y homosexualidad con progresismo

Maldigo a quienes confunden hombría con homofobia

Maldigo a quienes confunden dignidad con dinero

Maldigo a quienes confunden Poder con poder

Maldigo a quienes confunden solidaridad con beneficencia.

Maldigo a quienes confunden.

¿Por qué?

¿Por qué me ofendes así, Muerte,

que de mí no te enamoras?

¿Por qué esta suerte de agravio?

Si a los mejores te llevas

¿por qué no me dejas verte?

Si paso ante el menesteroso

y le socorro y amparo… 

¿Soy acaso insolidario?

Si yo nunca he sido avaro

ni tampoco mentiroso,

si he comprendido al contrario,

si he vulnerado el descanso

(que contra el séptimo día

he pecado tanto

sin quebranto de los otros,

para ganarme el pan,

que no tengo cuerpo

ni mente…

¿Cuánta gente te has llevado

con menos méritos? Dime.

¿Cuánto tengo que esperar?

¿Cuánto tengo que pagar?

Si siempre he sido nosotros,

si claramente he amado

en salud y enfermedad;

si he soportado la injuria,

el odio, la soledad, y me han dado golpes

como al que más

sin pecado capital en mi expediente.

Si en el portal de tu casa, Muerte,

llevo años esperando antes

que cualquiera gente,

si nunca he sido agraciado

con la suerte ¡Sé de mi pena quita!;

que nunca he sido nefando ni perverso

(sí soñador, no soñado);

si, andando tanto, he llorado

cuanto el Destino ha querido,

si llueve sobre mojado, Muerte,

si llueve sobre mojado…

¿Por nunca haberte temido?

Si a mis pares yo no amo

más que nuestros asesinos;

si, a mares, he soportado tormentas,

terremotos y motines carcelarios,

que he perdido alma y almario…,

que ya no tengo ni sino.

¿Qué tengo que hacer? Dime.

¿Cuánto tengo que pagar?

¿Acaso he de ser yo

quien se arrastre hasta ti?

¿No hay un modo más humano?

¿Más a mano?

¿Más temprano?

¿Más sutil?

Si tan consumatum est

mi vida, que ya solo tengo piel

para soportar tu herida;

si tú tienes el veneno

y yo no tengo ni angustia;

si queriendo yo morir

siendo tu función matar,

si consensus facit nuptias

¿por qué más tiempo esperar?

11 de abril de

Cuando descubres

Cuando descubres que eres

una mera casualidad, 

que te irás como viniste, 

que no hay nada que hacer 

y que nada de lo hecho sirve;

que ni siquiera han sido tuyos

los actos que, inocente, te atribuiste…

Cuando descubres que la Tierra 

es el estercolero donde, 

entre billones de planetas,

a la vida le dio (tan estúpidamente) 

por nacer,

y que en ella perecerás,

que a ella pertenecerás, 

como el polvo al desierto,

porque polvo eres)…

Cuando descubres que has de respetarte solo a ti,

que tú eres lo único que debe importarte

porque a nadie le importabas tanto 

como su propia vida, como ilusamente creías;

ideologías, ideologías…;

cuando constatas, como único fedatario verdadero

que, tu alma, solo era un arma para amansarte 

para doblegarte ante la Gran Mentira, 

para explotarte, para sacrificarte

en favor de un bien superior…, 

el de ellos…

Cuando ya nada te espere personalmente exultante 

ni, juntas todas la palabras, pueden

consolarte… 

Cuando descubres que todo era falso, 

que ni dioses ni paraísos ni infiernos que puedan

mitigar o aumentar el dolor, el vértigo, la quemazón, 

del horror de la vida;

que no hay otro más allá 

que el que tus manos pueden tocar, tus ojos ver…

Cuando tu corazón ya no quiere latir más; 

cuando le niega la sangre 

a ese amasijo de células, glándulas, órganos…

creadores de mundos,

(únicos creadores de creadores de mundos);

cuando tu corazón se niega a seguir matándote poco a poco

y todo se acaba tan neciamente…

Cuando ya solo puedes no hacer nada

por tu vida,

(porque no era amor, que era miedo, 

atroz, irracional, pero miedo);

cuando ya solo puedes pararte, aquietarte, allanarte… 

no te humilles más, 

no te desmerezcas, no te expongas a la burla

de los que viven del árbol caído…. 

¡Hazlo¡ ¡Déjate caer con la Muerte! 

Recorre con Ella la corta distancia

que separa tu vida de la suya.